El
primer logro de Meca
Sin embargo, él no me hizo caso y su silueta desapareció antes de que pudiera dar un paso adelante para despedirme. Todos se zambulleron al sonar la sirena.
Esa tarde, a pesar de no haber ganado, di gracias a la mar por ser favorable a mi pequeño David.
Desde entonces cada atardecer, en nombre de todas las madres, ilumino el horizonte con mis enrojecidos ojos, para guiar las almas de los que no llegaron a meta.
Sin embargo, él no me hizo caso y su silueta desapareció antes de que pudiera dar un paso adelante para despedirme. Todos se zambulleron al sonar la sirena.
Esa tarde, a pesar de no haber ganado, di gracias a la mar por ser favorable a mi pequeño David.
Desde entonces cada atardecer, en nombre de todas las madres, ilumino el horizonte con mis enrojecidos ojos, para guiar las almas de los que no llegaron a meta.
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